Amor inmensurable, amor puro y bendito,
el amor de mi Cristo, incomparable amor.
Y aunque el mar se secare, y se esfumen los montes,
y allá en el horizonte no brille más el sol.
Que aunque en el infinito los astros no titilen,
y aún cuando se terminen las tardes de arrebol, y
aún cuando sus criaturas,
no le honren ni le admiren.
Tan grande, tan sublime, su amor
siempre su amor.
…
¿Quien me separará de ese amor tan grande?
Ni temores ni hambre, me podrán separar.
Porque el amor de Dios, aún cuando todo cambie,
y aunque el mundo se acabe, su amor es eternal.
…
Ese amor tan Glorioso, ese amor tan bendito,
que quiso redimirme siendo un pecador.
Hoy con toda mi alma, a El quiero dirigirme, y en mi canción decirle
Tu amor es mucho amor.
Porque puedo sentirle muy dentro de mi alma,
quien me ha dado esa calma que el mundo no me dio.
A ese amor tan bendito,
que al hombre solitario le brinda luz
y amparo, es el Amor de Dios.
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¿Quien me separará de ese amor tan grande?
Ni temores ni hambre, me podrán separar.
Porque el amor de Dios, aún cuando todo cambie,
y aunque el mundo se acabe, su amor es eternal.
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