La voz que clama en el desierto

Cómo leer la Biblia

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La Biblia es un libro que debe ser leído de principio a fin, por todos los hombres, para conocer y entender perfectamente lo que DIOS espera de nosotros, de ahí que sea llamada “la Palabra de Dios”. Por medio de ella, Dios mismo “habla al hombre” y le brinda consejo, lecciones y enseñanzas, para que le vaya bien en esta vida y la venidera.

Antes de leer la Biblia por primera vez, se pide a Dios – que vive y escucha- ser enseñado por Él mismo (lo cual hará a través de su Espíritu Santo), rogándole que grabe en tu corazón y tu mente Su Palabra, a fin de que puedas cumplir SU VOLUNTAD en tu vida. Una vez que la tienes en tu mano, conviene conocerla, primeramente, en el orden en que está recopilada para tener una clara y completa comprensión de todos los hechos.

Para conocer la vida de Jesús y su obra redentora sobre la tierra, te sugerimos iniciar con el evangelio de San Juan, y al terminarlo, iniciar la lectura del Nuevo Testamento con el evangelio de Mateo hasta concluirlo completamente con el libro de Apocalipsis. Una vez que has leído todo esto, puedes empezar a leer el Antiguo Testamento, desde el libro de Génesis, hasta el libro de Malaquías.

Sin embargo, como es un libro de inmensa sabiduría y consejo para el hombre, puedes y DEBES acercarte a él todo el tiempo, cuando enfrentas problemas o dificultades, sientes tristeza y necesidad de consuelo, o requieres guía y dirección para tomar decisiones de importancia.

Por ejemplo: si quieres aprender a orar y agradecer a Dios, recurre al libro de los Salmos. Si te falta sabiduría para vivir la vida, lee el libro de Proverbios, y así, en cada libro de la Biblia encontrarás el consejo perfecto de Dios para el hombre. Debes comprender que la Biblia NO ES un libro religioso ni pertenece a ninguna religión humana. Es el “manual de vida” que Dios dejo a los hombres para llevarles de regreso con Él, a sus moradas celestiales.

Antes de leer las Escrituras, necesitas también sosegar tu corazón, ponerlo en calma y dejar de pensar en los asuntos familiares o laborales. Al leer mecánicamente, sin esa quietud de mente y serenidad, estaremos alcanzando únicamente una comprensión superficial, y no podremos recibir la luz, la claridad, ni la certeza que nos brinda el Espíritu Santo. No se trata de establecer “un rito o una norma”, sino de disponer nuestro corazón para ser bendecidos e instruidos, meditando con dedicación y esmero su Palabra. De esta manera, “las mismas palabras” tendrán cada día un significado y una profundidad nuevos, que nos permitirán descubrir lo que podemos hacer para cumplir perfectamente la voluntad de Dios en nuestras vidas.

NO OLVIDES PEDIR SIEMPRE A DIOS QUE ENVÍE SU ESPÍRITU SANTO, quien te enseñará todas las cosas:

“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho” (Juan 14:26)

(Juan 14:26)

“Y no enseñará más ninguno á su prójimo, ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce á Jehová: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová: porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado

(Jeremías 31:34)

LEA LA BIBLIA Y PÓNGALA POR OBRA

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