LOS DISCÍPULOS
Discípulo: Persona que sigue las lecciones de un maestro .
Filosofía: Acción reflexiva sobre el pensamiento del hombre (estudio racional del pensamiento humano).
Dialéctica: Arte de razonar metódica y justamente (sinónimo de lógica, razonamiento).
Dos fuentes de enseñanza establecidos por Cristo:
- La Biblia (el evangelio).
- El Espíritu Santo
Mucha gente está siguiendo “las señales” en lugar de seguir “los frutos” y está siendo engañada (en todas las religiones) pensando que sirven a Dios. Todas las manifestaciones son iguales en muchas partes del mundo pero puede estarse hablando de tres dioses diferentes y adorándolos, pero está escrito que “No hay otro nombre”
Lo que tenemos que hacer entonces es establecer como norma “La Palabra de Dios”.
A la enseñanza de Cristo NO pueden añadirse enseñanza de hombres. Ésto lo usa Satanás para confundir, para destruir, apartando al hombre del mandamiento de Dios.
Los únicos discípulos verdaderos son los que permanecen en la Palabra (no en los fenómenos ni en las manifestaciones). El ancla en medio de la tormenta que te asienta y sostiene en medio de los pensamientos es “La Palabra de Dios”.
Nuestro maestro ahora es el Espíritu Santo, que nos esfuerza a trabajar.
Necesitamos aprender a pensar, a razonar, eso trae conflicto entre los hombres cuando no se piensa bien, cuando no hay corazón limpio. Satanás es el dueño de todos los sistemas de este mundo, y tiene compromiso de dárselos a todos los que le adoran, y entonces inventan la religión y así tienen dominio sobre todas las gentes.
El discernimiento entre el bien y el mal sólo viene por el razonamiento detenido y el análisis de cada hecho. En Juan 15 Jesús habla solamente a sus discípulos, los demás eran seguidores pero no discípulos.
Ellos eran discípulos pues habían permanecido con Él, siempre andaban con Él, “dejaron todo” para estar con Él a todas horas (dejaron todo por seguirlo), “el que pierda su vida por Él, la iba a ganar para vida eterna”. Esos son los verdaderos discípulos, que reciben las promesas de Dios, pues no son sólo seguidores, sino discípulos, pues han dejado todo para seguir y obedecer al Señor (decidieron perder su vida en este mundo).
Los únicos que son salvos son los discípulos, pues han aprendido todo lo que Jesús ha enseñado. Jesús preparó un reino, pero NO para todos, únicamente para los discípulos.
Después de dejar todo por hacerse discípulos es necesario aprender, el que no aprende ahí se queda. Mucha gente quiere recibir de Dios a cambio de nada, si quieres de Dios tienes que andar con Él (participando de todas las guerras, todos los trabajos y también todas las bendiciones).
Hay gente que quiere sacar beneficios y por eso siguen al Señor, pero Él conoce los corazones y no se confiaba de ninguno, Él escogía a sus discípulos y los llevaba a descansar. El discípulo quiere ayudar al Señor en su reino y el seguidor quiere sacarle cosas.
El discípulo: Tu no tienes voluntad propia, ni determinas lo que quieres o lo que te gusta.
La primer cosa para ser discípulo de Cristo entonces es: DEJAR TODO. Los discípulos tienen que llegar a ser como su maestro y estos discípulos son los que tienen que enseñar a otros.
Cristo te va a enseñar a servir en los planes del Señor. El discípulo no sabe de hora de dormir, ni de comer, ni nada. Él está primero en el trabajo del Señor, y entonces, SU SEÑOR, se encargará de bendecirlo, Él te llevará a descansar.
Necesitamos evaluarnos como cristianos para ver cómo vivimos, si en verdad somos discípulos o sólo seguidores. Saber que potencial tenemos para poder seguir y servir al Señor.
El que empieza el aprendizaje del Señor tiene que llegar tarde o temprano a ser como su maestro (Perfecto).
Para ser discípulo:
- Dejar todo.
- Aprender (nunca mirar para atrás, tomar la cruz, negarse a sí mismo, perder su vida
- Llegar a ser como el maestro.
- Enseñar a otros.
1. EL DISCÍPULO
- Deja todo.
- No tiene voluntad propia.
- Va donde Cristo va (no escoge).
- Ayuda al Señor en su reino.
- No mira para atrás.
- Pierde su vida, negándose a sí mismo
- Aprende
- Llegará a ser como su maestro.
- Enseña a otros.
- Obedece la Palabra y tiene amor fraternal.
- Recibe las promesas de Dios (sus beneficios)
2. EL SEGUIDOR:
- Quiere los beneficios de Dios, a cambio de nada.
- Sólo busca servirse de Dios, y le sigue por conveniencia.