Por medio de imágenes cerebrales, los investigadores confirman que los carbohidratos altamente procesados estimulan las regiones del cerebro relacionadas con la recompensa y los antojos, promoviendo el exceso de hambre.
Investigaciones previas han demostrado que el azúcar refinado es más adictivo que la cocaína, dándole placer mediante la activación de un proceso innato en su cerebro a través de las señales de la dopamina y de los opioides.
Los fabricantes de alimentos se han vuelto expertos en la naturaleza adictiva de ciertos alimentos y sabores, incluyendo el sabor dulce y salado, y han convertido este sabor adictivo en toda una ciencia.Los carbohidratos refinados como los cereales para el desayuno, bagels, waffles, pretzels y muchos otros alimentos procesados se convierten rápidamente en azúcar, aumentando sus niveles de insulina, lo que eventualmente provoca resistencia a la insulina.
Para proteger su salud, le recomiendo gastar el 90 por ciento de su presupuesto para la comida en alimentos enteros y tan sólo el 10 por ciento en alimentos procesados.
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