Comer algo muy azúcarado, el paladar, el intestino y el cerebro toman aviso. Esta activación del sistema de recompensa es similar a cómo nuestros cuerpos procesan sustancias adictivas como el alcohol o la nicotina – una sobrecarga de azúcar te hará querer más.
En este video se explica por qué los dulces y golosinas deben ser disfrutados con moderación.
Fuente: TED Español